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ARQUITECTOS: DARIO ÁLVAREZ ÁLVAREZ y MIGUEL ÁNGEL DE LA IGLESIA SANTAMARÍA

Colaboradores: Sagrario Fernández Raga, Laura Lázaro San José, Carlos Rodríguez Fernández, Leonardo Tamargo Niebla, Ana Elisa Volpini Gilabert, Flavia Zelli.

Promotor: Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León y Diputación de  Ávila

Fecha de finalización: Enero de 2019

Director de ejecución: José Ramón Galache Hernández

Constructor: Tecton Edificación y Obra Civil S.L

Fotografía: Álvaro Viera

Ubicación: San Pedro del Arroyo (Ávila)

Protección y adecuación para la visita turística de la villa Romana de El Vergel

La Villa Romana de El Vergel está situada a las afueras de la población de San Pedro del Arroyo, Ávila. Se trata de un conjunto de grandes dimensiones que alberga mosaicos de gran valor, parcialmente enterrado debajo de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol y del cementerio. La intervención en la villa se ha planteado por fases, a partir de una estrategia proyectual que consiste en la construcción de una pasarela que genera el recorrido por el interior de la villa, a la que se pueden ir conectando diferentes pabellones.

En la Fase I se ha realizado el vallado perimetral. En la Fase II se ha construido el acceso general a la villa y la pasarela completa que permite el recorrido accesible por el interior.

En la Fase III se han construido los dos primeros pabellones: un Pabellón de Visitantes, que ocupa parcialmente el espacio de las termas de la villa, con un gran hueco acristalado que reproduce el ancho original de la puerta de entrada a la piscina; el segundo pabellón protege íntegramente el mosaico de Meleagro, el más importante de la villa, en cuya escena central aparece el héroe mitológico matando al jabalí de Calidón.

Los pabellones “completan”, en cierto sentido, la ruina, dando mayor información al visitante al recuperar el espacio interior de las estancias. Para ello, se construye una doble fachada que reproduce las caras interior y exterior del antiguo muro romano y su espesor original: la cara exterior se realiza mediante chapa ondulada micro-perforada mientras que la interior es un cerramiento continuo de “u-glass”.

La luz difusa y la abstracción formal de estos espacios permiten establecer una distancia crítica entre la estancia moderna y la estancia original romana, al tiempo que invitan al visitante a experimentar estos fragmentos de la villa como lo que realmente fueron: habitaciones interiores. De esta forma el visitante pasa, durante la visita, del exterior al interior, pero sin perder nunca el sentido de la ubicación de la villa en el paisaje.